Siento otra vez que,
pleno en melancolía,
volvió el otoño.
Cortejo nupcial.
Una flor deshojada.
la Iglesia espera.
¡Bendito el río
de espíritu guaraní
que clama y llora!
Fuerte chubasco
en la cancha de fútbol:
¡barro que azuza!
Viaje errante
en los exiguos barrios
de lo excluidos.
Noche de luna:
brilla el bello pelaje
de los caballos.
Omar Lagraña
