un poema para tu adultez
para tu niño hambriento
para la sed de certeza
de algo seguro
un poema que nos salve
que arranque el pasto en san carlos
saque la cabeza por la ventanilla
al regresar
se quede dormido
llore sin esta angustia
un poema que sepa crecer
que diga la incertidumbre el miedo
que lo diga de una manera bella y que lo lea alguien que se creía solo.
C.
