ayer las chicharras y hoy los pájaros
quiero oírlos en el río
en algún lugar mayor
donde yo pertenezca
cómo hacen los que no tienen ningún dios?
qué más conocen fuera de la culpa
o mientras dura
una desesperación?
el calor de entre ríos, pesa
y no pertenecerle a nada
no me hace más liviana
siento lo que ata la sangre
el gualicho de todo aquello a lo que pertenecemos
el amarre
a esta tierra
húmeda y ardiente
reconozco también lo que la sangre niega u olvida
Cómo se arrastra el peso de aquello que nos hace parias
Con quién enojarse
de quién alejarnos
si nadie nos espera
nos reta a ser mejores
nos busca debajo del derrumbe
hace tiempo conozco verdades
que no sé dónde meterlas
me fundo en el calor de los días
en mi deseo no cumplido
de tirarme a hacer la plancha, mientras la corriente
el murmullo de árboles y de bichos que mejor
no encontrar
abrazo mi carne
respiro
sonrío creyendo en mi fortuna
un pasado, un río, un muñeco vodoo, los olvidos a la fuerza, un par de dioses que alimentar,
abrazo mi carne
tan fuerte
siento mis huesos
su polvo
y no pertenecerle a nada es
un lapso de desesperación un lapso de realidad
que pasa desapercibido
como mis pasos solitarios
que retumban a la siesta
sobre los pisos fríos
de una iglesia
Cecilia