Otra vez pasa:
el río bebe nubes.
Yo bebo vino.
Desde el Oriente
el Sol vuelve a templar
la suave arena.
Jardín de mayo
en monocromo otoñal:
¡oh, liquidámbar!
Ya todos duermen:
la luna y los pájaros.
¿Sueño qué escribo?
Un tierno beso,
dado sobre el césped,
anida en la flor.
¡Solo los niños
pueden decirte Maestro
con tanto candor!
Omar Lagraña
