En esta ciudad
su Puerto aún añora
las voces nautas.
Veredas viejas.
Vecinas y sillones.
¡Deleite del habla!
Galpón de frutas,
aroma de naranja:
gloria del gurí.
El club de remos,
pontón de los veranos.
Soplo y flirteo.
Otoñan penas
en la tibia Concordia
algunas hojas.
El coche motor
marcha hacia Paraná.
Veo campos, sueño.
Gervasio Magno
