pero no son gotas ni es agua,
voces, cuerpos, brazos llueven
vuelan, aerostáticos
descienden
asfixian
respiro…
respiro.
Lluevo todo aquí dentro
llueve
con todo lo que no llueve en medio del viento
como si entre otros cuerpos
despertar,
propios
dejados ayer, en vida perdida en la noche
en el olvido de un paraje muerto
sistemáticamente
cíclica-mente
con cada repetición noctámbula
más de veinte cuerpos en el único placard de la casa
fraccionados, trozados, fracturados
pares de brazos, bocas grises
ojos secos… resucitar cada muerte
alguna hora de las de noche adentro
apilar cada letra montada en cada hoja
cada estúpida poesía pentagramada
(de poetas pentagramados
superlógicos, superlúcidos, lúdicos, brillantes, geniales!
¡Genitales!, falta que hacen
¡encienden los papeles y nada
por aquí ni por allá
magias)
Llueve,
llueve pero no son gotas ni es agua
blandos cuerpos caen a mi lado
pesados contra el asfalto
y los días
también
me llueven
horizontales y áridos.
Hernán Lasque